El secreto de la iluminación


Buda bajo el árbol


Se cuenta que Buda intentó practicar todas las disciplinas espirituales que se llevaban a cabo en la India por aquella época, en un esfuerzo por alcanzar el entendimiento o la iluminación. Todo fue en vano hasta que un día se sentó debajo de una higuera, (árbol 'Bodhi').
Más adelante transmitió el secreto de la iluminación a sus discípulos con estas palabras: 'Cuando respiréis profundamente, queridos monjes, sed conscientes de que estáis respirando profundamente. Y cuando respiréis superficialmente, sed conscientes de que estáis respirando superficialmente. Y cuando no respiréis ni profunda ni superficialmente, queridos míos, sed conscientes de que no respiráis ni superficial ni profundamente'. Eso es todo, plena atención a cada instante.



Bajo la lluvia
Ningún alumno Zen se atrevería a enseñar a los demás hasta haber vivido con su Maestro, al menos durante diez años. 

Después de diez años de aprendizaje, Tenno se convirtió en maestro. Un día fue a visitar a su Maestro Nanin. Era un día lluvioso de modo que Tenno llevaba chanclos de madera y un paraguas.

Cuando Tenno entró en la casa, Nanin le dijo: 'Has dejado tus chanclos y tu paraguas en la entrada. ¿No es así? Pues bien, ¿puedes decirme si has colocado el paraguas a la derecha o a la izquierda de los chanclos?

Tenno no supo responder y quedó confuso. Se dio cuenta entonces de que no había sido capaz de practicar la Consciencia Constante, (atención al ahora). De modo que estudió como alumno de Nanin durante otros diez años hasta obtener una Consciencia Constante.



El perro estaba sentado en suspense, las orejas aguzadas, la cola meneándose tensamente, los ojos alerta mirando fijamente hacia la copa del árbol. Estaba buscando a un mono. El mono era lo único que en ese momento ocupaba su horizonte consciente. No había un solo pensamiento que turbara su estado de absoluta absorción. No pensaba en lo que comería aquella noche, ni si en realidad tenía algo que comer, ni en donde iba a dormir.

Abandona todo pensamiento acerca del futuro y del pasado y hazte totalmente presente.

De: El canto del pájaro 

Quizás te guste leer
Yo Soy
De ti al infinito de Ken Wilber

2 comentarios:

  1. Hay un problema en lo que dijo Buda, respecto de la respiración consciente. Uno puede ser consciente de su respiración cuando está solo, en un lugar tranquilo. Pero cuando ha de trabajar, hacer algo, entonces uno deja de ser consciente de la respiración, o de otro ejercicio para concentrarse y aquietar la mente Y entonces, se encuentra como si estuviera dentro del mar perdido.
    Por tanto, el aquietar la mente mediante ejercicios, disciplinarla, no sirve nada más que para ese momento.
    ¿Pero qué pasa si uno en cada cosa que hace lo convierte en un ejercicio de meditación -que incluye a la concentración-? Entonces toda la vida -al caminar, al hablar, al trabajar, al comer, al descansar, al hacer deporte, el escuchar música, ir al cine, etc.- es el acto de meditar donde lo de dentro y lo de fuera no están en conflicto, sino haciendo una unidad.
    Cuando un perro ha controlado una presa, entonces sólo ve la presa, la persigue, la espera. Pero él no es libre para decir: ahora no quiero la presa porque siento compasión por esa presa. Aunque eso es una especulación intelectual. Ya que para los animales lo único válido es comer para sobrevivir, están condicionados, programados para que sean así.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los ejercicios para aquietar la mente te sirven para adiestrarte Toni, pero luego tienes que seguir ese camino al realizar tus tareas cotidianas. Simplemente no estamos acostumbrados pero es totalmente posible ser consciente de tu cuerpo y mente todo el tiempo. Lo que se persigue con esto es 'estar en lo que se esta', para de esa manera ir tomando consciencia de la realidad de las cosas. Lo que dices sobre el perro, te diré que los animales no están condicionados por nada, actúan por instinto al contrario que nosotros, Nosotros si que estamos condicionados. Un beso amigo

      Eliminar

Multicursor