Erase una vez un perro, que por lo visto se había iluminado, era algo así como el buda de los perros, iba por ahí recomendando a los demás perros, 'no hay ninguna necesidad de que ladren, mírenme
a mi, yo nunca ladro. Eso de ladrar es una enfermedad, que les impide iluminarse.'
a mi, yo nunca ladro. Eso de ladrar es una enfermedad, que les impide iluminarse.'
Pero que podían hacer los perros, no lo podían evitar, cada vez que veían un uniforme no había manera de refrenar el impulso de ladrar y tristemente le comentaban al buda perruno, 'perdónanos pero por más que lo intentemos y mientras más nos aguantamos, más ganas de ladrar nos entran.'
Los perros estaban realmente cansados del buda perruno pues siempre los estaba vigilando para echarles en cara que ladraban sin motivo o necesidad de hacerlo. Entonces una noche de luna llena, los perros del vecindario se reunieron y decidieron no mirar a la luna para no no caer en la tentación de ladrar. Todos ellos se escondieron, cerrando los ojos.
Al no ver ni oír ladridos, el iluminado perro empezó a preocuparse y de repente vio la luna, la cual no había visto en muchos años, pues se había dedicado a espiar a los otros perros y no se percataba nunca de ella. La luna llena cumplió su cometido y brillo sobre el buda, el pobre perro sin poder resistirse comenzó a ladrar sin freno alguno, mientras los demás quedaban atónitos.
Moraleja: Si te centras demasiado en los problemas ajenos, no notaras tu propio ruido interior, tu dialogo interno discurrirá sin estar tú presente.
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Si algo hemos de conseguir, si algo ha de llegar a nosotros, todo lo que hagamos aunque sea malvado, negativo, rechazable, de todas maneras llegará. Todo eso no se opondrá. Al revés, todo se confabulará para que de una manera o de otra, eso llegue.
ResponderEliminarToni veo por lo que escribes que crees en que hay un destino prediseñado de antemano. Lamento no estar de acuerdo, cada cual crea tu propio destino momento a momento. Tampoco esta fábula tiene nada que ver con ese tema. Saludos y gracias por leerme.
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