Viaje a Ixtian II, Carlos Castaneda



(Fragmentos)



De nada sirve estar triste y quejarse y sentirse justificado de hacerlo, creyendo que alguien nos está siempre haciendo algo. Nadie le esta haciendo nada a nadie. Para un guerrero no hay nada ofensivo en los actos de sus semejantes, mientras él mismo este actuando dentro del ánimo correcto.  Lograr el ánimo del guerrero no es cosa sencilla, se necesita poder para llevarlo a cabo.
"Soy tan joven como quiero"esto también es cosa de poder personal. Si vas juntando poder, tu cuerpo puede realizar hazañas increíbles, en cambio si disipas el poder (energía), te pones viejo y gordo de la noche a la mañana.  

El poder personal es un sentimiento, algo como tener suerte o podríamos llamarlo un estado de ánimo. Es algo que uno adquiere sin importar su propio origen, un guerrero es un cazador de poder, lo difícil es que te convenzas. Necesitas creer que el poder personal puede usarse y que es posible guardarlo.

Repitió una y otra vez lo de, 'no hacer lo que yo sabia hacer', era la clave del poder. En el caso de mirar un árbol, lo que yo sabia hacer era enfocar inmediatamente el follaje. Empieza a enfocar las sombras de las hojas de una sóla rama, para luego sin prisas, recorrer todo el árbol y no dejes que tus ojos vuelvan a las hojas, porque el primer paso deliberado para juntar poder personal es permitir al cuerpo "no hacer."    

La parte más difícil de un guerrero es darse cuenta de que el mundo es un sentir.  Cuando uno "no hace", está sintiendo el mundo. 

Crees conocer mucho del mundo, pero ¿conoces en verdad? Sólo has visto las acciones de la gente. Tus experiencias se limitan únicamente a lo que la gente te ha hecho o le ha hecho a otros. 

Todos nosotros guerreros o no, tenemos un centímetro cúbico de suerte que salta ante nuestros ojos de tiempo en tiempo. El guerrero se da cuenta y una de las tareas consiste en hallarse alerta, esperando con deliberación para cuando salte su centímetro cúbico, él tenga la velocidad necesaria y la presteza para cogerlo.  La suerte, la buena fortuna, el poder personal o como lo quieras llamar es un estado peculiar de cosas.  Es como un palito que sale frente a nosotros y nos invita a arrancarlo. Por lo general andamos demasiado ocupados, o preocupados o estúpidos y perezosos, para darnos cuenta de que es nuestro centímetro cúbico de suerte. Un guerrero en cambio, siempre esta alerta y tiene la elasticidad y el donaire necesario para agarrarlo.

Su recomendación era que no tuviese yo remordimiento para nada de lo que había hecho, porque aislar los propios actos llamándolos mezquinos, feos o malos era darse una importancia injustificada.

No hay enfermedades, solo hay idioteces. Y tú te haces el idiota al tratar de explicarlo todo.  Es absurdo tratar de entenderlo todo.

Desde que nacemos la gente nos dice que el mundo es así o asá y naturalmente nos nos queda otro remedio que ver el mundo en la forma en que la gente nos ha dicho que es.

Sólo como guerrero se puede sobrevivir en el camino del conocimiento, porque el arte del guerrero es equilibrar el terror de ser hombre con el prodigio de ser hombre.

Si todavía no sientes que sea tu hora, no vayas a la cita. Nada se gana forzando las cosas.  Si quieres sobrevivir, debes ser claro como el cristal y estar mortalmente seguro de ti mismo.

Viaje a Itxian I    (Fragmentos)

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