Relaciones personales
En todo momento estamos clasificando y encasillando en diferentes categorías a todas las personas con las que tenemos algún contacto, nos formamos opiniones automáticamente.Sin darnos cuenta, exigimos a los demás que sean y se comporten como nosotros queremos. Debido a esto, inconscientemente también tenemos miedo de que nos juzguen y nos ponemos a la defensiva, pues sabemos que ellos harán lo mismo que estamos haciendo nosotros.
Todos pensamos que estamos en lo cierto, que somos nosotros los que tenemos razón y que el otro se equivoca, pero si todos sentimos lo mismo, ¿Donde está realmente la verdad? Pues simplemente no está, solo que cada cual tiene su propio punto de vista relativo, dependiendo de las experiencias que haya vivido y este viviendo, de su cultura, etcétera. Deberíamos ponernos en el lugar del otro, si estuviésemos sufriendo lo que esa persona sufre, si nuestro nivel de entendimiento fuese el de ese otro ser humano, si estuviésemos igualmente condicionados, seguramente nos comportaríamos de igual manera. Todo es cuestión de perspectiva.
Cuando nos sentimos bien con nosotros mismos, tendemos a juzgar a los demás más suavemente y no damos mucha importancia a las faltas pero cuando sentimos miedo ante el abandono, a la desaprobación o cualquier otra inseguridad, magnificamos y tergiversamos hasta el comentario más inocente. En lugar de reaccionar de inmediato y automáticamente, sería interesante practicar el pararnos un momento y no elaborar ninguna historia en nuestra cabeza. Realmente nada es tan grave. No lo es. Tomemos la vida y sus cosas más relajadamente, con más buen humor y con menos dramatismo. Estamos a salvo.
No seamos tan susceptible a la opinión ajena, tanto si nos halaga como si nos causa dolor, es mucho mejor apreciarnos a nosotros mismos y dejar tranquilos a los que nos rodean con sus propias interpretaciones, que no tienen nada que ver con lo que nosotros realmente valemos y somos. Que ellos piensen y digan lo que más les apetezca.
Muchas veces buscamos en las relaciones algo que creemos que nos falta, algo que necesitamos para completarnos. Deseamos que nos quieran y nos aprecien, pero primero debemos aprender a queremos y a apreciarnos a nosotros mismos. Cada cual vive en su propia piel, somos enteramente nosotros mismos. No importa con quien te relaciones, la experiencia siempre será solo tuya.
No seamos tan susceptible a la opinión ajena, tanto si nos halaga como si nos causa dolor, es mucho mejor apreciarnos a nosotros mismos y dejar tranquilos a los que nos rodean con sus propias interpretaciones, que no tienen nada que ver con lo que nosotros realmente valemos y somos. Que ellos piensen y digan lo que más les apetezca.
Muchas veces buscamos en las relaciones algo que creemos que nos falta, algo que necesitamos para completarnos. Deseamos que nos quieran y nos aprecien, pero primero debemos aprender a queremos y a apreciarnos a nosotros mismos. Cada cual vive en su propia piel, somos enteramente nosotros mismos. No importa con quien te relaciones, la experiencia siempre será solo tuya.
'La finalidad de las relaciones es hacerte consciente en lugar de hacer feliz. Las relaciones no son la causa del dolor y de la infelicidad, sino que sacan a la superficie el dolor que ya está en ti'. Eckhart Tolle
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¿Somos conscientes de que tú eres yo, y al revés? Es decir, experimentar que el observador es lo mismo que lo observado, es lo que nos libera del 'yo', de la raza, del nacionalismo, la religión, de las ideas y teorías religiosas. Entonces la palabra extranjero, tiene un significado descriptivo -el que viene de fuera, de lejos-, no de prejuicios. Al igual que la mujer y el hombre solamente se diferencian en algunos aspecto físicos.
ResponderEliminarIgual de extraordinario es observar a un pájaro, a un perro, a un árbol, sin que se interponga nada entre nosotros. Cierta vez, un gran gato -el jefe del lugar- que vivía en la calle, al dejar la puerta abierta de la casa, entró como si fuera el dueño, no sentía extrañeza, observó varias cosas de la cocina, dio media vuelta y se marchó por la puerta de entrada sin alterarse. En todo momento la comunicación era total, solamente estábamos él y yo, nada más, nada se interponía ente nosotros.
El gato entró como un animal que era, y se marchó de la misma manera.
Muchas gracias Toni por tus bellas y acertadas palabras. Saludos
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