Elegir el Reiki como nuestro sendero espiritual significa optar por convertirse en un canal, a través del cual expandir nuestra energía vital sobre la Tierra para restablecer su equilibrio natural.
Existe una energía vital que lo impregna todo, esta energía determina entre otras cosas, el crecimiento de las plantas, la apertura de las flores, la evolución del ser humano y la vida en el universo. La metafísica antigua y la moderna física cuántica por fin coinciden en que el universo está compuesto de energía y que esta puede manipularse
Cuando nos vemos aquejados por una dolencia, es que existe alguna clase de desequilibrio en nuestro organismo, hemos desequilibrado nuestra energía vital, y la enfermedad o malestar nos esta indicando que debemos encontrar un remedio para armonizar con las leyes de la naturaleza.
El Reiki es una de las numerosas disciplinas terapéuticas de origen oriental, basada en la necesidad de equilibrar nuestra energía vital con la infinita energía cósmica. Con la practica del Reiki tratamos de mejorar nuestra calidad de vida y en consecuencia la calidad de vida del ser humano en general, de ahí la necesidad de mantener en perfectas condiciones nuestra función como canales de energía y asegurarnos de que nuestros conductos se hallen libres de bloqueos y obstáculos.
El practicante Reiki no solo se limita a las funciones terapéuticas, sino que aprovecha las infinitas posibilidades que le ofrece esta técnica en su vida cotidiana, convirtiéndose desde que recibe el primer grado en un punto luminoso, aunque al principio no se de cuenta de ello.
El principiante poco a poco ira modificando su manera de pensar y de actuar y se hará cada vez más consciente del hecho de que, no existe una diferencia esencial entre los seres de este mundo y de que todos estamos constituidos por la misma energía vital. En su calidad de difusor y transmisor de energía comenzará a influir en muchos de los aspectos de su medio ambiente.
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¿Que es Reiki?
El practicante Reiki no solo se limita a las funciones terapéuticas, sino que aprovecha las infinitas posibilidades que le ofrece esta técnica en su vida cotidiana, convirtiéndose desde que recibe el primer grado en un punto luminoso, aunque al principio no se de cuenta de ello.
El principiante poco a poco ira modificando su manera de pensar y de actuar y se hará cada vez más consciente del hecho de que, no existe una diferencia esencial entre los seres de este mundo y de que todos estamos constituidos por la misma energía vital. En su calidad de difusor y transmisor de energía comenzará a influir en muchos de los aspectos de su medio ambiente.
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