El Karma no es ni castigo ni recompensa


Karma

No somos nunca ni castigados ni recompensados por lo que hayamos hecho. Ni el mal es una sanción, ni el bien es una aprobación. Se podría decir que el mal determina nuestra ignorancia y el bien nuestra riqueza espiritual.
El ser que somos verdaderamente, aprende, crece y evoluciona según la forma en que decidimos pensar, reaccionar y hasta sentir. A través de nuestro libre albedrío, la Ley del Karma nos ofrece innumerables oportunidades para elegir de una manera absolutamente natural, lo que regresará a nosotros también de forma natural, tal como actúa cualquier ley física, como la Ley de la Gravedad.

Sólo nosotros somos responsables de nuestra manera de pensar, de como queremos reaccionar ante los sucesos y como deseamos sentirnos, a pesar de lo que ocurra a nuestro alrededor.  (Y claro, lo que nos ocurre se debe a las numerosas causas que hemos creado.)

La buena noticia es que si queremos podemos detener un efecto que hayamos provocado con anterioridad, creando una causa diferente y nueva. En otras palabras es posible "pasar de curso". Por ejemplo: Se produce un acontecimiento y yo en lugar de reaccionar o pensar en él mismo, de igual forma que siempre hago, me detengo un momento, no juzgo, aquieto mi mente. Entonces se me presentará la oportunidad de cambiar mi futuro con respecto a ese tema en particular. (Pensar o reaccionar de manera diferente)

El Karma refleja la Ley Física de Newton, "Cada acción tiene una reacción igual y de sentido contrario", así como también se habla de ella en las enseñanzas herméticas, mediante el Principio de causa y efecto. Es casi imposible saber la causa de todos los efectos, por lo tanto lo más fácil y lo que está a nuestro alcance es cambiar poco a poco las causas, para que así vayan cambiando los efectos (sucesos.) 

El Karma no se dedica a enjuiciar lo que es correcto o no, lo que está bien o no. Reencarnamos una y otra vez porque así lo hemos decidido para aprender y comprender a través de nuestras experiencias. Por ejemplo por mucho que nos expliquen como manejar un automóvil, no podremos aprender a conducir a menos que experimentemos la teoría. La reencarnación es una opción de aprendizaje y entrenamiento entre otras muchas alternativas de donde podemos escoger.  

Nuestra alma experimenta múltiples reencarnaciones y va avanzando y evolucionando en sabiduría. Lo que hemos vivido queda registrado en nuestro interior como conocimiento, como algo que ya hemos aprendido, que ya sabemos. Lo que somos ahora representa la acumulación de toda la sabiduría y el conocimiento que hemos logrado.

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2 comentarios:

  1. Cada quien tiene su karma.....

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    1. Por su puesto, supongo que así es. Esta entrada la voy a actualizar en breve. Saludos

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