Fábula del árbol


El árbol triste y el árbol feliz

El árbol triste


Érase una vez un árbol muy triste que vivía en un bosque precioso. Este lugar era casi mágico, ya que habían muchos árboles frutales en él y todos los animalitos, hadas, duendes y demás seres que rondaban por allí instantáneamente se sentían felices y contentos.
El único que desentonaba en este paraíso era el árbol triste, que no sabía quien era y por eso lo llamaban de esa manera: 'Árbol triste'. Puesto que no sabía quién era, tampoco tenía idea de que debía hacer y se sentía desdichado por no dar ningún fruto.

Todos sus compañeros le ofrecían sus ideas. El manzano le aconsejaba, 'lo que te falta es concentración, si lo intentaras con fuerza podrías producir unas magnificas manzanas como las mías'. El rosal le decía, 'no hagas caso al manzano, es mucho más fácil dar rosas, mira las mías que bonitas son y que aroma tan dulce tienen'.

Un día paso por allí un búho, y ya sabemos todos lo sabio que son los búhos. Al ver al pobre e infeliz árbol sintió pena de él y exclamó: 'No te preocupes, tu problema no es tan grave, nada lo es, además muchos tienen el mismo dilema que tienes tú. Debes escuchar desde lo profundo de tu ser para darte cuenta de quien eres realmente, y no tratar de vivir como los demás desean que vivas.

Por un tiempo el árbol estaba confundido y un poco angustiado. ¿La profundidad de mi ser? ¿Conocer lo que realmente soy? Pero después de un tiempo, al fin comprendió que nunca daría manzanas pues él no era un manzano y tampoco rosas pues no era un rosal, él era un magnifico roble, tenía que dar nido a las aves, sombra a los viajeros y belleza al paisaje.  

Desde entonces todos en el bosque lo llamaban el árbol feliz, lo admiraban y lo respetaban por su seguridad y confianza en si mismo.


Árbol feliz



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