El dualismo y la no-mente


Dualismo y no-mente


El trabajo de nuestro ego o mente corriente es el de velar por nuestra supervivencia. Básicamente se dedica a separar, fragmentar y clasificar, para poder así distinguir entre las buenas y malas estrategias; elige entre esto y aquello y así efectúa una excelente tarea para mantenernos con vida, pero nuestra mente racional básica no está diseñada para afrontar los misterios.

El maestro Zen, Kanchi Sosan insiste en que nuestra mente es un gran sirviente a nuestra disposición, pero un pésimo maestro y nuestra consciencia no debería identificarse con sus juicios ni con su infinita verborrea.

Extracto versos del maestro Kanchi Sosan

El gran camino no es difícil 
para aquellos que no tienen preferencias.
Cuando no existe amor ni odio,
todo se vuelve claro y transparente.
Sin embargo, haz la mínima distinción,
y entre el cielo y la tierra se abrirá un abismo.

Si deseas ver la verdad,
no albergues opinión alguna, a favor o en contra.
La lucha entre lo que uno adora y detesta
es la enfermedad de la mente.

El Camino es perfecto como espacio ufano y amplio,
donde nada falta y nada sobra.
De hecho, optar por aceptar o rechazar
es lo que nos impide ver la autentica naturaleza de las cosas.

No vivas en el intrincamiento del exterior,
ni tampoco en la sensación del vacío interior.
Manténte sereno, sin perseguir la actividad, 
en la Unidad de las cosas,
y esas concepciones erróneas desaparecerán por sí solas.

Cuando intentes abandonar la actividad para logra la pasividad,
el mero esfuerzo te colmará de actividad.
Mientras permanezcas en un extremo u otro,
jamas conocerás la Unidad.

No te estanques en la dualidad; evita las búsquedas en las que allá esto o aquello, de lo correcto y lo erróneo, 
o la esencia de la mente se perderá en la confusión.

Aunque todas las dualidades provienen de Uno
si la mente subsiste inalterada en el Camino,
nada en el mundo puede ofender.
Deja de existir en el antiguo camino.

Negar la realidad de las cosas
es ignorar dicha realidad;
aseverar la vacuidad de las cosas
es ignorar su realidad.
Cuanto más hables y pienses sobre ello,
tanto más te alejarás de la verdad.
Deja de hablar y pensar,
y no habrá nada
que no puedas conocer.



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