Momentos de felicidad
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Saber vivir |
Erase una vez un hombre que iba de aquí para allá con la necesidad de encontrar 'algo', pero no estaba seguro de que, ni si lo encontraría. Eso sí, era un ser que se guiaba siempre de su instinto y un día caminando por esos caminos de Dios, divisó una montaña a lo lejos y su instinto le hizo sentir una gran atracción hacia ella.
Al llegar a la colina, se sorprendió al ver al lado de un lago, la cantidad de flores de maravillosos colores y los tupidos árboles que había alrededor de multitud de rocas. Se acercó a una de las piedras y pudo leer una inscripción que rezaba: - Juan Martines tuvo la fortuna de vivir siete años, tres días y cuatro horas.- Se dio cuenta enseguida de que la montaña hacía las veces de cementerio y se acercó hasta otra de las rocas en la cual leyó: - Nuestro querido Pedro Jerez vivió nueve años, cinco días y siete horas.-
Cada piedra tenía una leyenda similar y el pobre hombre se sintió fatal pues los años de vida de los allí enterrados no sobrepasada los diez años. Se puso a llorar exteriorizando su pena, pues habían muchas tumbas. En eso pasaba por el lugar un anciano que le preguntó: 'Se le ha muerto algún familiar', 'nada de eso', contesto nuestro hombre apenado, 'estoy llorando por todos estos niños de aquí, ¿que problema tienen en este sitio que mueren tantos y a tan corta edad'?
El anciano sonrió y le explicó: 'No debe usted preocuparse, tenemos una vieja costumbre en el pueblo, anotamos en un cuaderno cuanto tiempo duran todas las cosas de las que disfrutamos en vida, como un beso, una relación, un recién nacido, un viaje, etcétera y cuando muere alguien, sumamos todos esos momentos de felicidad y lo inscribimos en su lapida ya que ese es el tiempo único en el que verdaderamente ha vivido'.
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