Un Dios aconseja a un hombre


Krishna y Arjuna


El Bhagavadgita es muy apreciado en la India. Es la obra clásica y milenaria hindú más venerada. Krishna representa al Dios y el príncipe Arjuna representa al hombre.


En estos extractos Krishna aconseja a Arjuna sobre su dilema moral ante una de las inminentes guerras, tan comunes por aquellos tiempos:

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Tú te quejas de lo que no tienes razón para quejarte,
Y tus palabras están faltas de verdadero saber.
Los hombres que saben no se quejan de lo que vive, ni aun de la muerte.

Nunca hubo un tiempo en que tú y yo no existiéramos.
Los que gobiernan la tierra, ellos también han existido siempre.
Ni vendrá un tiempo en lo futuro
En que cesará de ser lo que es real.
Todo lo que tiene realidad vive para siempre
Como la juventud y luego, la edad siguen a la infancia en el cuerpo
Así viene siempre, después del renacer, el decaer,
En esos pobres barcos en que habita el espíritu,

Pues lo que hay de inmortal en el corazón del hombre
Siempre se manifiesta de nuevo en el cuerpo.
Eso lo sabe el sabio y no se queja
Sólo la avidez de vida de los sentidos
Te sujeta al mundo de la materia
Para que sientas frió, calor, lujuria y dolor

Corta es la vida y constante su cambio; llévala con paciencia
Porque es fuerte el alma que la anima
Y flota por encima y más allá de esas cosas.

Conserva la paz en la alegría como en el dolor, 
Por siempre así.
Lo que es real siempre existirá, 
Lo que no lo es, nunca puede existir en verdad.
Pero, conocer lo que es real y lo que es ilusión,
Eso el hombre sabio lo puede saber, porque él ve la verdad. 

Aprende pues, inmortal es el espíritu
Esencia y fuerza de todo lo que vive; no puede desaparecer.
La esencia del ser, lo inmortal, nunca puede destruirse.

Sólo mueren esas fugaces imágenes reflejadas, que nosotros llamamos templo del espíritu,
Que el espíritu habita y eclipsa.
Déjalas morir, oh príncipe y lucha con valor.

Quién diga: ‘Yo maté’ o piense que él mismo
Pueda unirse con la muerte, se juzga falsamente.
Que el verdadero ser, que no puede matar,
Ni ser matado, no lo conoce él.
Ni ha nacido nunca, ni puede nunca finar.
El principio y el fin sólo sueños son,
Que ocupan nuestro tiempo.

Las formas pasaran, el espíritu siempre vivirá.
Quién conozca la esencia de todas las cosas,
Lo increado, lo imperecedero,
Sabe que la esencia no puede ser destruida,
Aunque la forma se desvanezca.

Así como un hombre desecha las vestiduras de ayer
Y escoge un nuevo vestido para mañana,
Así deja de lado el espíritu del hombre
La envoltura carnosa del cuerpo, envejecida y gastada,
Y toma otra nueva…

El que muere es como un niño recién nacido.
Uno y otro viven; un espíritu es la esencia 
de ambos.
Todo lo que nace tiene que morir,
El fin del morir es un nuevo nacer: Tal es la Ley.
No te atormentes por ello, tú no puedes cambiarlo.

Cambiar es el destino de todas las cosas.
Mira, en el Ser eterno cada cosa se oculta en secreto,
Hasta que sale y se revela, para morir y volver a ocultarse
En el mismo lugar de donde procedía.
¿Te lamentarás de ello, amado príncipe?


No te quejes a tu Dios con tus 'grandes problemas', dile a tus problemas que tienes un gran Dios y ese Dios eres tú.



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Si tienes cualquier sugerencia o te apetece comentar algo, no vaciles en hacerlo.

2 comentarios:

  1. Hay una trampa -ilusión- ahí, el verdadero ser -dios- no existe, o no podemos saber si existe o no. Pero la certidumbre no la tenemos. Por lo que hemos de vivir con lo que más nos disgusta y aborrecemos: la incertidumbre, la inseguridad total, absoluta.

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  2. Hola Toni, te noto un poco fatalista hoy. Date cuenta de que en el titulo me refiero a "un dios", hay muchos y para todos los gustos. Hay quienes incluso hablan de que nosotros mismos somos Dios o Buda o un Ser superior. Por supuesto que vivimos en la incertidumbre, pero no tiene porque ser negativa amigo. El calificativo lo pones tú. Un beso

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